San Marzano, los tomates DOP de la tradición campana

San Marzano

Dicen que el rojo intenso del tomate San Marzano no es casualidad, sino un regalo de la tierra volcánica que lo vio nacer. Los más viejos del lugar aseguran que sus raíces beben directamente del alma caliente del Vesubio. Y nosotros les creemos.

Este tomate no es uno cualquiera: tiene apellido, historia y un título nobiliario. El San Marzano cuenta con Denominación de Origen Protegida (DOP) y es un verdadero tesoro de la gastronomía italiana. Por eso, en MAMA, usamos exclusivamente este tipo de tomate en nuestras salsas. Porque sabemos que lo bueno empieza en el origen, y queremos darte solo lo mejor.

Cuenta la leyenda que la primera semilla de este tomate llegó a Italia hacia 1770, como un obsequio del Reino del Perú al Reino de Nápoles. Fue plantada en lo que hoy es San Marzano, y desde entonces, gracias al mimo de generaciones de agricultores, este tomate ha ido adquiriendo su carácter único.

Otros relatos sitúan su reconocimiento oficial en 1902, cuando ya se cultivaba entre Nocera, San Marzano y Sarno. Lo cierto es que desde entonces se convirtió en un clásico de la cocina italiana: el perfume de los domingos, la salsa que cubre la pasta, el sabor que nos hace cerrar los ojos al primer bocado.

A principios del siglo XX, cuando Francesco Cirio comenzó a enlatar tomates pelados, el San Marzano se convirtió en una estrella. Tan valioso fue para los campesinos del sur de Italia que lo llamaron «oro rojo». Y aunque en los años 80 su cultivo casi desaparece, la pasión por mantener viva esta joya logró recuperarlo y llevarlo, otra vez, a mesas de todo el mundo.

¿Su secreto? No se rompe fácilmente al cocinarlo y se conserva perfecto dentro del bote. Pero más allá de la técnica, el San Marzano tiene algo que no se puede explicar: sabe a historia, a familia, a fuego lento.

Y sí, sabe a Italia.

 

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