De las decenas de plantas aromáticas más conocidas, la que ocupa un lugar especial en la cocina italiana es sin duda la albahaca, la reina de las recetas de verano.
Originaria de la India, se cultivó también en Grecia y en Italia desde los tiempos de Alejandro Magno (350 a.C.).
¡Ojo! La albahaca en cocina está aceptada por los italianos solo si es fresca. En el proceso de preparación de la comida se añade siempre al final: si queréis comprobarlo, observad a nuestro pizzero cuando prepara las pizzas al estilo napolitano – mama pizzeria barcelona en la pizzeria Mama. Sólo un momento antes de servir la pizza le añadirá la albahaca. Si se cuece, el sabor tiende a neutralizarse y piede el aroma y su olor.
Son muchas las propiedades benéficas reconocidas al albahaca : es rico de vitaminas, sales minerales, flavonoidi y antioxidantes útiles para proteger al cuerpo del envejecimiento y para contrastar la acción de los radicales libres. La albahaca posee también propiedades antiinflamatorias y antibacterianas, favorece la digestión y el correcto funcionamiento del estómago.
Su temporada natural de cultivo al aire libre va de mayo a octubre, a pesar de que el albahaca se puede encontrar todo el año gracias a los cultivos en sierras. La albahaca crece bien cuando el sol es fuerte y la temperatura está entre los 20 y los 25 grados, típico del clima mediterráneo.
En napolitano se le llama «vesenicola». Detrás de este nombra una una curiosa hitoria: una leyenda popular (y algo macabra) explica el origen del término napolitano «vasenicola«. En la misma, una joven, y un joven llamado Nicola se enamoran, pero su amor se vio obstaculizado por los hermanos de ella que finalmente matan a Nicola. Su amada, al encontrar el cadáver, le corta la cabeza y la planta en una maceta (en italiano “vaso”, el vaso de Nicola) en donde luego habría de crecer una planta muy perfumada de albahaca.