El oro líquido no se negocia
En Mama Pizzería creemos que una pizza napolitana sin un buen aceite de oliva virgen extra… es como una Vespa sin gasolina. Puede que tenga pinta, pero no llega a ninguna parte.
El aceite de oliva virgen extra no es solo un ingrediente más: es el toque final que redondea los sabores, el abrazo cálido que une tomate, mozzarella y masa en una sola sinfonía. Y como buen oro líquido, se aplica con precisión quirúrgica. O mejor dicho: en espiral.
Antes y después del horno: el doble papel del AOVE
En la tradición napolitana, el aceite juega en dos tiempos:
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Antes del horno, se añade un hilo fino para ayudar a que los ingredientes se fundan sin perder su alma.
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Después del horno, se añade un segundo toque, más aromático.
¿Por qué virgen extra y no cualquier aceite?
Porque no somos amateurs.
El AOVE es el primer prensado en frío, sin procesos químicos, con acidez mínima y sabor máximo. Un aceite más barato puede parecer “igual” al principio, pero en boca… ay, en boca canta la verdad.
Nosotros elegimos aceites de proximidad, que no se comen el protagonismo, pero sí lo elevan.
